Tiempo atrás solo se encontraba en tiendas de alimentos dietéticos, pero hoy por hoy la soja o soya (Glycine max) está en las estanterías de cualquier supermercado. Barata, sabrosa y nutritiva, está de rechupete en ensaladas como esta, bañada de yogur.
1. Su grasa es prácticamente insaturada, una ventaja considerable en dietas para reducir el colesterol. Junto con su bajo contenido de sodio y su alto contenido de calcio y potasio, el equilibrio de grasas en las habas de soja es ideal para pacientes de tensión arterial.
2. Contiene isoflavonas encargadas de compensar el desequilibrio de estrógenos que se produce durante la menopausia, por lo que también se puede afirmar que la soja reduce sus síntomas (sofocos, pérdida de masa ósea…).
3. Otra de sus virtudes es la capacidad de mejorar la pérdida de memoria frecuente en la tercera edad, así como el aprendizaje y la concentración en los primeros años de vida de los pequeños. Lo hace gracias a otro de sus componentes: el ácido alfa-linolénico.
4. Te protege frente a diversos tipos de cánceres como el de próstata o el de mama.
5. La leche de soja es ideal para personas con intolerancia a la lactosa; pues no la contiene.
6. Te ayuda a luchar contra el envejecimiento, gracias a sus fosfolípidos, sus ácidos grasos poliinsaturados y su vitamina E.
7. Tampoco faltan en la soja las vitaminas del grupo B, por las cuales cuida de tus músculos y de tu sistema nervioso, entre otras cosas.
8. Mejora tu sistema inmunológico y te ayuda a conciliar el sueño, dado su contenido en potasio.
9. También la salud de los vasos sanguíneos, previniendo y reduciendo el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (arritmias, infarto, insuficiencia cardíaca…).
10. Para concluir menciono que mejora la digestión y la absorción intestinal de las grasas, así como también previene la obesidad.
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